Sé pionero de la transformación digital

2 de enero de 2020
Autora: Lisa Bigelow

Céntrate en las expectativas de los directores ejecutivos que más importan y conviértete en un responsable influyente.

Steve Jobs. Sara Blakely. Mark Zuckerberg. ¿Qué tienen todos ellos en común? Dirigieron e impulsaron sus negocios con inventos que originaron sectores enteros o los cambiaron por completo. Sin embargo, no lo hicieron solos: detrás de ellos había otras personas responsables tan comprometidas con generar un cambio disruptivo como ellos. Y tanto si el producto en cuestión era el iPhone como si se trataba de otra cosa, este espíritu estaba presente en todo el comité ejecutivo.

No es de extrañar que los directores ejecutivos ansíen liderar el cambio dentro de sus propios sectores. De hecho, según la Encuesta de directores ejecutivos de 2018, el 78 % de ellos considera que sus empresas son pioneras en su sector o seguidoras tempranas.

“Los directores ejecutivos esperan que los directores de innovación desempeñen un papel predominante a la hora de ser pioneros en las transformaciones”.

Ahora bien, para lograr que se produzcan estos cambios disruptivos, los directores ejecutivos deben rodearse de personas que adopten una mentalidad pionera. Si los responsables se unen bajo la creencia de que la transformación digital es algo inevitable, surge una oportunidad única para que los directores de innovación influyan en el comité ejecutivo de formas nuevas e interesantes.

“Hoy en día, los directores de innovación tienen una ventaja evidente, ya que lo ‘digital’ es la base de cualquier transformación”, afirma Daniel Sánchez Reina, director analista sénior de Gartner. “Pero esa ventaja conlleva una gran responsabilidad: los directores ejecutivos esperan que los directores de innovación desempeñen un papel predominante a la hora de ser pioneros en las transformaciones”.

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Los directores de innovación cuentan con la perspectiva técnica para liderar la transformación digital, pero también deben ejercer influencia presentando estrategias elaboradas de forma inteligente. Aunque es más fácil decirlo que hacerlo, los ejercicios tácticos pueden ayudarlos a sacar a la luz y perfeccionar ideas pioneras, al tiempo que ellos se sitúan en el centro lógico del comité ejecutivo, y del futuro de la empresa.

Juega a “¿qué pasaría si…?”

Los pioneros no se limitan a las normas. Ejecutan con éxito ideas que les diferencian de sus competidores y, al mismo tiempo, también obligan a que el sector cambie. Una forma de sacar a la luz una idea potencialmente disruptiva es imaginando situaciones hipotéticas o deseos.

“Pide a tus subordinados directos o a una parte de los miembros de tu equipo que pongan sobre la mesa esas ideas locas que pondrían en práctica si el riesgo para la empresa, la organización de TI y sus puestos de trabajo fuera nulo”, afirma Sánchez Reina. “Estas ideas tienen que llevar a la empresa a cumplir sus objetivos estratégicos y/o proporcionar una ventaja competitiva”.

“Imaginar un mundo en el que tus productos no sean necesarios puede inspirar una forma de pensar original”.

Durante la sesión de “¿qué pasaría si…?”, no menosprecies ninguna idea. En su lugar, hablad en equipo sobre cómo modificarlas para que sean más realistas. El truco está en no perder de vista el impacto disruptivo de la idea original por atenuarla.

“Asume un cierto nivel de riesgo durante esta atenuación. De lo contrario, podrías tender a encontrar una versión sin riesgos para cada idea, que muy probablemente no será una versión disruptiva”, puntúa Sánchez Reina.

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Desafía las “verdades” fundamentales

Se trata de un ejercicio similar que anima a pensar —y planificar— de forma distópica y que también puede dar lugar a resultados interesantes.

Durante esta sesión, desafía las “verdades fundamentales” sobre los clientes, los productos, la cultura interna de tu empresa o el mercado. Por ejemplo, “Los clientes necesitan nuestros productos y servicios” es una afirmación que probablemente pocos miembros de tu organización cuestionarán. Sin embargo, imaginar un mundo en el que tus productos no sean necesarios puede inspirar una forma de pensar original.

Empieza por pedirles que expongan el sentimiento contrario a tu verdad fundamental. A continuación, desafíalos a encontrar una solución al problema distópico.

“Al situar la mente de las personas en un escenario diferente, las ideas también tendrán una naturaleza distinta”, afirma Sánchez Reina.

Involucra a la alta dirección

La lluvia de ideas y el cuestionamiento del statu quo son un excelente comienzo, pero a menos que la cultura interna adopte nuevas formas de pensar, es poco probable que la cultura cambie. Ahora bien, el cambio de cultura va más allá de la adopción de nuevos procesos o tecnologías. Trabajar estrechamente con los miembros del comité ejecutivo ayuda a promover una mentalidad de innovación en toda la empresa.

“No importa si el director de innovación responde ante el director ejecutivo o ante otro miembro de la alta dirección, puesto que sea como sea, los directores ejecutivos esperan que se adquieran nuevos comportamientos en toda la organización”, afirma Sánchez Reina. “A partir de las interacciones de Gartner con los directores de innovación y otros miembros de la alta dirección, vemos una creciente conciencia de que el cambio de herramientas o modelos operativos no trae por sí solo un cambio en la cultura”.

Los siguientes pasos

La cultura comienza en la cúspide, y las partes interesadas de toda la organización siguen el liderazgo de la alta dirección. Acepta tu papel natural como experto en la transformación digital. Escucha lo que tus compañeros del comité ejecutivo necesitan para sus propias organizaciones y crea soluciones digitales que transformen todo el negocio.

Después, anima a la alta dirección a abrir un debate con los miembros de su equipo sobre qué comportamientos, hábitos y formas de trabajar deben cambiar para adquirir esos rasgos culturales. Por ejemplo, si el objetivo es eliminar la burocracia, una solución práctica podría ser reducir de seis a tres el número de personas responsables de la aprobación del proceso de compra.

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“Involucra a la alta dirección en una conversación sobre los rasgos culturales que consideran que faltan en la empresa: por ejemplo, la rendición de cuentas, la asunción de riesgos, la colaboración o la toma de decisiones, y analizad por qué son importantes a la hora de mirar hacia el futuro”, afirma Sánchez Reina.

Una vez que hayas creado una estrategia y una hoja de ruta con resultados claros para abordar estos retos, asume el papel de agente del cambio. Sentarse periódicamente con los miembros del equipo (por ejemplo, cada 15 días) ayuda a todos a evaluar los progresos, al tiempo que fomenta el impulso del cambio cultural.